Espurio orgullo
Pancartas.
Carteles. Anuncios. Logotipos. Semáforos y pasos de cebra. Durante estos días
todo ello ha incluido la bandera policromada de Gilbert Baker y el apoyo
del Ayuntamiento de Madrid, el cual
debía de encontrarse en vacaciones durante las dos últimas semanas de diciembre,
en Navidad.
La onerosa fiesta del World Pride- Fiesta del Orgullo- no debe de ser vilipendiada ni ridiculizada. Uno no debe de tildar de raros o anormales al millón de personas que se “estima” (he visto más gente en Cibeles festejando la duodécima del RMCF) que han participado en esta congregación.
La onerosa fiesta del World Pride- Fiesta del Orgullo- no debe de ser vilipendiada ni ridiculizada. Uno no debe de tildar de raros o anormales al millón de personas que se “estima” (he visto más gente en Cibeles festejando la duodécima del RMCF) que han participado en esta congregación.
Nos
encontramos en el juego de la soga. En un tira y afloja. En ambos extremos se
encuentra una minoría que defienden posturas opuestas. En un lado los
defensores de la Ideología de Género (feministas, gays, trans, bi, in, q, r, s,
t, u, v…) hijos de la revolución sexual de 1968. Y en el otro un grupo pequeño de
personas que conocen los motivos contra natura de defender el colectivo gay.
Lo últimos tardan en arrancar y en transmitir sus ideas a las personas del
centro de la soga. Este centro es numeroso y está formado por el vulgo de la
sociedad. Algunos piensan que tiene sentido y fuerza la defensa del LGTB, y les
apoyan de manera tímida. Y otros saben que no es bueno pero desconocen el
motivo y simplemente arguyen que “no es lo normal”, generando un conflicto con el
significado de normal.
La
liza se puede resumir en dos conceptos enfrentados. El poder del marketing
contra el poder de la verdad. La capacidad de decir lo que quieres escuchar
contra la capacidad de decir lo que hay en la realidad. Aquella rápida y
efectiva, esta lenta y segura. ¿Por qué sostengo que es puro marketing? Pues
bien, además de tener motivos que provienen de la manera en la que nació el
colectivo LGTBI en EE.UU., de manera sencilla podemos observar que la
asistencia al Wolrd Pride no concuerda para nada con el número de grandes
empresas que ha apoyado esta celebración (Sexta, Telemadrid, Snapchat, Google,
Vodafone, Spotify…). Es decir, la gran presencia en empresas
mundialmente famosas debería significar una asistencia de millones y millones de
personas. Dos millones de personas asistieron a la JMJ de Madrid y ninguna
empresa lució la bandera del Vaticano o alguna insignia de apoyo a los
cristianos perseguidos, algo que me parecería igual de normal. De igual manera
me refiero a la Fiesta de la Hispanidad lo cual sería completamente lógico que
todos los españoles apoyasen dicha fiesta.
La
coherencia nunca se ha encontrado en el
marketing pues trastoca la realidad. Los que apoyan la fiesta de la diversidad no
apoyan fiestas como las anteriores mencionadas (el mismo Ayuntamiento de
Madrid). Diversidad, pero no de todas las maneras de pensar. Igualdad, pero
solo de los que piensan como yo. Diversidad e igualdad. ¿Diversidad igual?
¿Igualdad diversa?
Estoy de acuerdo.
ResponderEliminarAntes de ponerme a bucear sobre el más que interesante contenido, quiero ensalzar el valor de ciertos términos. La palabra "oneroso" explica paladinamente este evento desafortunado. También te animaría a que utilizaras la palabra "mercadotecnia", ya que te gusta ir contra lo corriente, porque destacarías.
ResponderEliminarAhora en serio (en el sentido de Chesterton), diré que no hay motivos para temer a estas gentes. De hecho deberíamos delirar de pánico por ver a masas enfervorecidas detentantdo el poder de la ignorancia como émulos de los primates de que se supone que procedemos. Lo caduco ha de perecer, asegurémonos de estar en el sitio adecuado.
La primera la tengo en mi registro. La segunda la incluyo, gracias. En cuento al segundo párrafo...sonreio y saludo (No, creo que entiendo tu postura y estoy de acuerdo. El fascismo, comunismo, ilustración...todos pasan. Aunque también es verdad que para bien, poco, o para mal suelen dejar una marca o recuerdo en la sociedad)
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