Cholas, corbatas y otros
Presentarse
en chanclas a defender un trabajo de fin de grado. Ir en esmoquin a una
manifestación en Caracas. Disfrutar de un concierto de Sonata Artica con la
camiseta de Justin Bieber. Todos ellos son casos de como NO vestir.
El
maltraído que decide optar por no dar importancia a lo que lleva puesto se
equivoca contumazmente (dar importancia no implica generar bocetos previos para
decidir lo que llevaré mañana ni dedicarle más de un minuto a esta tarea. De la
misma manera que considero el desayuno y
el dormir actividades de gran importancia y no por ello pongo toda mi
concentración en ellas). La ropa inadecuada para el momento, ostenta una falta
de respeto hacia los que te diriges- en el caso de que te dirijas a alguien- y
sobre todo una falta de interés, una desgana y apatía por la que más vale salir
por la puerta porque se ha equivocado de sitio.
Vestir
bien no es la clave del éxito, ni mucho menos, pero dice mucho de una persona.
Por ejemplo, si estamos en una entrevista de trabajo tendremos que analizar a
cada individuo. La ropa otorga un punto a favor que se suma a los puntos
conseguidos por la manera de dirigirte hacia la otra persona (en este caso de
forma agradable y con respeto, no es tu brother),
la manera de moverte (bien sentado y sin rascar ni meter la mano en ningún
sitio) y, lo más importante, lo conocimientos que tienes.
Cada
sitio tiene su ropa porque tiene su gente y por lo tanto tiene su manera de
pensar.
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